viernes, 26 de marzo de 2010

Ahhh..¿pero es una niña? como no lleva pendientes, pensé que era un niño!!

La mente del ser humano cuando procesa información completa los "huecos" que faltan rellenándolos de datos almacenados en la memoria construída a partir de las experiencias acumuladas a lo largo de la vida. Las categorías cumplen en este caso una función primordial, ya que la información recogida en cada categoría agrupa características similares de los objetos categorizados y nos permite extrapolar conclusiones de categorías generales a cuestiones particulares. Además el uso por parte de la memoria de las categorías optimiza nuestros recursos memorísticos ya que no procesamos de forma individual lo que vemos (olemos, tocamos, imaginamos, etc..) si no que vamos utilizando las categorías para explicar y comprender el mundo. Por ejemplo, podemos tener experiencias con muchos animales a lo largo de nuestra vida; nuestra perrita, el gato de mi vecino y el hámster que tuve de pequeña. No me ha hecho falta describir cómo era esa perra, el gato o el hámster porque habéis recurrido a imágenes, recuerdos y experiencias (visuales, táctiles, auditivas, etc..) de vuestra memoria para "imaginaros" como eran estos animales. Habéis utilizado estas categorías de información. Con el género pasa lo mismo. El género es una categoría de información que nos "facilita" la vida. Nos la "facilita" porque simplifica el procesamiento que hacemos del mundo, es una categoría más. Las categorías usan los aspectos que son similares o iguales para construirse, es decir, si una categoría no contiene elementos que son parecidos no es útil porque no podría utilizarse esa información para rellenar ningún "hueco" de información. El género lo utilizamos en occidente (en concreto, España, ya que por ejemplo en la India existe un tercer género/sexo los Hijras, véase http://es.wikipedia.org/wiki/Tercer_sexo), para dividir a los seres humanos en dos categorías: hombre y mujer. Asumiendo que estas categorías son representativas de las personas que las componen. Pero ésta es la gran trampa (mental y social) porque la hetereogeneidad es la característica principal que une a los individuos dentro de cada categoría: las personas categorizadas varones tienen más diferencias entre sí que aspectos en común y las personas categorizadas mujeres igual. Aquí viene la gran pregunta ¿qué es antes el huevo o la gallina?, ¿las mujeres se comportan como mujeres porque es algo innato ó las tenemos que educar para que sean mujeres y se comporten como tal? Simone de Beavoir afirma en su libro "El segundo Sexo"(1949) que "no se nace mujer, se llega a serlo", por tanto utilizando esta reflexión histórica podemos afirmar a su vez que tampoco se nace varón, se hace. Por tanto las categorías de género que simplifican el mundo nos facilita el procesamiento de información, pero rellenamos los huecos con información sesgada, no real, es decir: inútil. Cuando tratamos a una persona varón como "hombre"(categoría de género masculino) estamos obviando las características que lo diferencian de esta categoría y asumiendo como suyos todos los aspectos que esta etiqueta contiene. Es decir, lo tratamos como se supone que es un varón y además esperamos de él que se comporte de una determinada forma. Así la vida es más fácil, pero no es real.
La interiorización del género se realiza poco a poco y a lo largo de toda la vida; nos recuerdan y nos recordamos lo que somos y lo que debemos ser: hombres o mujeres. Con todo lo que cada categoría tiene y con todo lo que nos está prohibido tener.
El género es una construcción cultural que se enseña desde antes del nacimiento a través de los comportamientos, emociones, afectos que las personas que nos rodean tienen hacia nosotras/os. En cada cultura las prendas y complementos que están asignados a cada género están determinados y asumidos para que podamos determinar sin temor a equicarnos si un bebé es niña o niño y por tanto podamos tratarlo/a como tal.
Cuando un bebé lleva pendientes es una niña y cuando no los lleva es un niño. El género femenino asume en su categoría a las personas que poseen los genitales femeninos y el género masculino asume en su categoría a las personas que poseen los genitales masculinos. Como los genitales no se observan a simple vista, los pendientes se convierten en los bebés la representación culturalmente aceptada de los genitales femeninos. Si hay pendientes es que esa persona tiene genitales femeninos, si no lleva pendientes tiene genitales masculinos.
La mente busca la información que concuerda con las categorías con las que se opera en el procesamiento de información, en este caso dos categorías dicotómicas y excluyentes: varón y hembra. Si sólo utilizamos las categorías hombre y mujer para designar a las personas, estaremos fomentando el encasillamiento en dos etiquetas no representativas de la realidad. Por ello hay que acabar con las categorías de género. Hay que romper con las dicotomías porque no son reales. Las "mujeres" no somos todas iguales ni los "hombres" somos todos iguales. Todas las personas tenemos elementos que tradicionalmente se ha asignado a cada una de las categorías: todas/os somos mujeres y hombres al mismo tiempo. Somos libres de las categorías, estamos fuera de ellas, no nos representan. Hay que cambiar las estructuras normativas; hay que acabar con ellas. No podemos seguir contribuyendo a que las mentes utilicen información sesgada de género para definir a las personas. Por eso reivindicamos que se acabe con la perforación y decoración con pendientes de las orejas de las bebés niñas, porque entonces estaremos contribuyendo a la perdurabilidad de las categorías excluyentes mujer y hombre, porque estaremos contribuyendo a que las mentes sigan utilizando la información contenida en las categorías de género para tratar a los/as bebés de forma diferente; de manera igual a todas/os los que pertenecen a su misma categoría.
Pasemos a la acción, acabemos con las estructuras normativas del género; ¡¡¡es la hora de la revolución de los pendientes!!!

1 comentario:

  1. Muy buena entrada, parece una reflexión sencilla de entender, pero todavía es necesario trabajar mucho, es bastante indignante que en la época que estamos esos procedimientos mentales se sigan perpetuando y fomentando ....

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